martes, marzo 15

Se me enfría el café mientras dices que te vas.

No deseaba ni un camión de rosas ni cenas bajo la luna llena en primera línea de playa. Pretendía robarte cada día una sonrisa, de esas que salen por descuido. Ser el agua que te quita la sed y la sal que te la provoca. Regalarte caricias que te erizaran la piel, sin ánimo de lucro. Buscar contigo la palabra mentira en el diccionario y borrarla. Quería cometer locuras impensables, vencer sus miedos de tu mano. Tirarse de un paracaidas y dejarse en el salto la soledad. Gritar tan alto un te quiero que pudieran oir los sordos. Ponerle nombres a las estrellas y trepar por tu espalda cada noche, conociendo el numero exacto de tus poros.
Pero sabes que siempre huyes. Justo en el momento en el que vuelve a confiar en ti, te vas. Sin dar explicaciones desapareces. Ella mientras tanto, cuenta los días, las horas, los minutos, los segundos... los recuerdos que tiene que olvidar, o al menos intentar que se hagan menos presentes y dejen de gritarle cada noche que no estás, que nunca has estado y que nunca estarás. Que todo fue un sueño (o una pesadilla). Que esos te amo solo fueron una alucinación y que por primera vez en su vida ha ganado una apuesta. Esa apuesta en la tú no apostaste nada, esa en la que apostaste no poder olvidarla. En la dijiste que era imborrarble.
Ojalá sea cierto y te queme su recuerdo. Ojalá no puedas dormir por las noches recordando su nombre. Ojalá no puedas quitarte de la cabeza su sonrisa. Ojalá su olor se haya quedado impregnado en tu piel impidiendote respirar. Ojalá ....

lunes, enero 3

I just want to be happy. Let me be...

El último en morir, apague la luz

Tengo que entender que ya no me necesitas, que ya no soy esa persona
sin la que no sabías como vivir, que ya no existen esos días de malilla
por no vernos, que tus tardes siguen siendo infinitas sin mí.
Te odio, ¿que terrible? Te odio, te odio, te odio, tengo que entender,
dame tiempo para convencerme de que lo hago. Ahora quisiera enterrarte
en mi vida, después de la tierra qeu tu mismo te haz echado encima.
Oh, Dios cuanto me puede, no ha pasado nada y ve esto. Ya no quiero volver a verte,
ya no. Hace un año estabamos en aquel bar, pegándote y diciendote lo
pendejo que eres. Basta, aquí se acabó este ciclo. No volveré a donde
estaba hace un año, ésta vez te odio, y ya no te puedo perdonar.